Cuando salía de tomar las fotografías de la familia Barroso Fernández, sentía una sensación de sosiego, de tranquilidad, y confianza, transmitida por esta sobrecogedora familia.
Los niños rebosaban de esa inocencia infantil capaz de enternecer al mas duro de los gigantes, de esa complicidad entre hermanos, su naturalidad, sus miradas, sus risas contagiosas, no
les faltaban el saber estar, y el respeto hacia la cámara.
Cada vez me siento más cómodo fotografiando familias, capturando esa unión tan perfecta, ese equilibrio entre padres e hijos, cada uno brillando con luz propia y al mismo tiempo siendo parte de un todo.
Gracias Javi y Rosario por permitirme que congele en el tiempo estos momentos tan especiales, tan mágicos y gratos, de vuestra excepcional y cariñosa familia.